En su quinta edición, es un libro que recuerda y remueve a los héroes del Pacífico. El autor revisa fuentes y el pasado mediante un lenguaje simple y ameno. Es una lectura indispensable y accesible para todo público, conocedor o no de las guerras del siglo XIX. Mantiene en todo momento una estructura, un estilo y las partes se unen en un todo. Con lecciones y reflexiones para el presente, ya que es más fácil destruir y propagar el resentimiento en base a prejuicios y consignas sin argumentos. La advertencia es clara: los políticos irresponsables, de ayer y de hoy, sólo ven el corto plazo y no asumen las consecuencias de esas decisiones, el costo lo pagan los anónimos de siempre. Hemos padecido la presencia de políticos nocivos en el eterno devenir de la región andina, varios reaparecen en escena sin ni siquiera sonrojarse y nos enemistan.
¿Por qué llegamos a la guerra de 1879? Por decisiones políticas y el oasis del salitre de la época. La materia prima y los yacimientos naturales de la zona en disputa, fueron un oro blanco y el motor del mundo, un combustible y comercio necesarios en estos lares. Todo progreso tiene su costo y esta historia no es la excepción. Fue un conflicto sangriento con pequeñas pausas de caballerosidad. Chile ganó la guerra con justicia y anexó territorios en recompensa. Al mismo tiempo entró a la guerra para ganarla y aleccionar a sus fronteras con un “nunca más”, no más alianzas secretas o públicas entre los países cercanos.
El texto aborda los distintos tratados, sus alcances y sus incumplimientos antes y después de la guerra. Jorge Ugarte analiza el contexto general previo al enfrentamiento de cada participante y un cuasi efecto dominó en otros actores regionales: Brasil, Argentina y Ecuador. Chile contó con algunas ventajas, un orden interno heredado de Diego Portales y su capacidad naval. Una mejor organización administrativa, experiencia militar y la soberanía ejercida en Antofagasta. No es real la injerencia inglesa en el conflicto en favor del país vencedor. Perú no debió entrar en guerra por varias razones: inestabilidad política interna, su economía, la corrupción, y un aliado con más sombras que luces. El autor analiza los pormenores de la campaña naval, pasando por la gesta de Prat y el gesto de Grau, ese caballero de los mares que complicó a la marina chilena y emergió como un opositor y candidato en la inestable Lima. La derrota fue costosa en lo material e inmaterial para Perú y Bolivia.
Todo conflicto humano se centra en las diferencias por sobre las semejanzas. Es tiempo que volvamos a las similitudes históricas y abordemos los desacuerdos. El presente y futuro regional, fronterizo y comercial, requieren de un trabajo conjunto. Aprender de los errores del pasado, es un mandato ineludible en el siglo XXI. ¿Guerra del Pacífico o del Salitre? ¿Vencedores o vencidos? Usted decide.
Rodrigo Ojeda – Profesor de Historia
