Compañera Gladys:

El embajador y el ejecutado político.

Recientemente el Partido Comunista (PC) realizó un homenaje a Gladys Marín, una de las pocas mujeres comunistas entre tanto liderazgo patriarcal de la hoz y el martillo en Chile. Durante los homenajes póstumos desfilaron distintos representantes locales e internacionales. La jornada contó con distintas manifestaciones artísticas y discursivas ante invitados diplomáticos de países del eje: Cuba, Nicaragua, Venezuela y Siria. La ceremonia póstuma forma parte de un ambiente crispado, polarizado y con contradicciones llamativas en el Chile reciente y actual.

Algunos de esos asistentes diplomáticos representan a países con libertades restringidas y gobiernos no democráticos a cabalidad, no es del todo descabellado mencionarlos como dictaduras o dictablandas; para el comunismo local no corresponde opinar sobre los procesos internos políticos de esos países pero olvidan que durante 2019 gritaron y pintaron murales diciendo que vivíamos en una dictadura en tiempos de Piñera II. Al parecer el PC local tiene la autoridad suficiente para determinar quiénes no son dictaduras y quiénes sí. Al parecer están por sobre el bien y el mal.

En pleno Cementerio General tomó la palabra el patriarca Carmona con referencias al antiimperialismo, las transformaciones pendientes por el gobierno del cual forman parte, la campaña anticomunista, el genocidio liderado por Israel; incluso hizo mención al dramático caso del soldado venezolano asesinado. Carmona pidió denunciar el aprovechamiento político existente tras el asesinato y la campaña en contra del “proceso revolucionario de Venezuela”, tal como dijimos anteriormente, el PC decide si un país es o no dictadura y ocupa un eufemismo de ser necesario (proceso revolucionario), están a un paso de decir que los venezolanos viven su propio tránsito al socialismo con arepas y vino tinto (las consecuencias del chavismo-madurismo se omiten).

El anticomunismo ratificado por el juez Carmona posiblemente se coordinó desde el palacio de invierno, el Presidente Boric tomó la palabra y señaló en tono de denuncia la existencia “evidente” de un “anticomunismo visceral” frente a un inofensivo y democrático PC nacional. Desde ese momento distintos columnistas han reaccionado y refutado al lazarillo ideológico de Carmona. Desde su jardín respondió un literato señalando rotundamente lo siguiente: “nace de una reacción muy íntima cuando los individuos sienten que puede estar en juego su sagrada libertad”. Hoy el anticomunismo no sólo es visceral, presenta componentes intelectuales, morales y hasta espirituales de resistencia ante el resurgimiento de avances totalitarios que buscan horadar al menos el muro de la libertad de expresión y de prensa.

El PC sigue en su fiesta de los abrazos y la música quedó a cargo de Lautaro con su pista musical recurrente: el genocidio en Gaza a manos de Israel. A esa fiesta y farra ideológica se sumó el Presidente Boric en su afán por posicionar las Relaciones Exteriores en contra de los “genocidas en Gaza”. Incluso en estos días tomó la decisión de dejar fuera la tecnología israelí de la tradicional feria del aire. El Presidente y su Primer Ministro Carmona se erigieron en paladines de los derechos humanos internacionales omitiendo la brutalidad y el salvajismo de Hamas; olvidando todas las denuncias e investigaciones documentadas sobre el genocidio comunista a nivel internacional durante el siglo XX y sus millones de víctimas tras la hoz y el martillo y su legado sangriento.

Hoy Chile se convirtió en la tumba de un libre, de los libres que suena y mandata nuestro Himno Nacional, la tumba de un soldado que debió refugiarse de la dictadura venezolana. La trama policial de los últimos días es preocupante y pocas veces vista en la angosta franja, no es descartable que el soldado sea un ejecutado político con responsables por definir. Su muerte marca un antes y un después, vimos un: secuestro planificado y un muerto que fue ocultado premedita y salvajemente.

Hay quienes creemos que la nueva izquierda, esa alianza entre comunistas y el frente amplio nos lleva por un rumbo sin retorno; para ese sector hay muertos que no son iguales, dicho en simple: hay ejecutados políticos que importan y otros que no importan según la militancia o disidencia. En todo momento el PC ha sacado de las hipótesis investigativas las que conducen a Caracas. Hasta hoy el Presidente no se ha referido del todo al caso del soldado asesinado mediáticamente, su atención está puesta en el PC y el anticomunismo visceral. De hecho Lautaro Carmona agradeció el gesto señalando que ve en Boric: “estatura de estadista”. La farra frenteamplista dejará una larga resaca pero nos obliga a ser oposición en el día a día a riesgo de ser acusados de negacionistas y anticomunistas, las vísceras también alertan peligros y conviene escucharlas.

Al parecer la fiesta de los abrazos se extenderá por dos años más en un ambiente de polarización, inseguridad, elecciones municipales y un gobierno al ritmo del PC. Nos corresponde combatir y detener el “venceremos y el seguimos”, antes que sea demasiado tarde, la izquierda está desatada y tomó las riendas de la copia feliz del Edén.

Atte. Rodrigo Ojeda – Profesor de Historia.

PC

Autor de la Columna

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