Pensiones de (des) gracia y el tiro de gracia.

Autor: Rodrigo Ojeda – Profesor de Historia y Ciencias Sociales.

“De este largo y gran sendero”.

“Bienvenido al laberinto eterno”.

“Cuando el juego se hace verdadero”.

Paradero 14 de La Florida, un escenario improvisado y en escena un trío rupturista: Juan Sativo, Lenwa Dura y Zaturno. Con ropas anchas,  gorros y capuchas a pesar del calor, micrófonos en mano y micros amarillas de fondo. No lo podía creer, en frente mío: Tiro de gracia. Sí, “los TDG en la plaza”. Apenas volví a Punta Arenas conté emocionado, no sé si se me creyeron mis compañeros de curso: “bow, fafa y  zun”. Posiblemente era el año 1999.

Han sugerido que suelte al “compa Boric” y al FA a riesgo de ser monotemático. Lo he intentado, dejé de ver matinales y de leer la prensa (al igual que Boric) para descontaminar y alejarme de la mala imagen del país y de “las sensaciones de inseguridad”.

Mas, olvidé apagar la radio y el “seguimos” resuena nuevamente (sin saber la dirección). Esa marca registrada del FA y del gobierno con el que firma y sella sus mensajes, marca que ya genera incomodidad e incredulidad en no pocos. La semana noticiosa me dejó perplejo ante el ya eterno caso “pensiones de gracia”, veamos:

  • La contingencia y el existir están marcados por la gracia y desgracia según el péndulo de nuestras vidas. Los beneficios obtenidos tras las pensiones se han convertido en una desgracia generalizada y tenemos a un gobierno en su propio laberinto de explicaciones y desprolijidades. Un tema que ya no hace gracia.
  • Esas pensiones de desgracia, entendidas como beneficios de reinserción y compensación, no consideraron un límite prudente a modo de filtro, tampoco hicieron “su pega” los subordinados y cientos de asesores del laberinto presidencial, al no considerar los antecedentes penales de un número no menor de beneficiarios. Las formas más allá de lo legal sí importan. Las pensiones e indultos ya no causan tanta gracia.
  • Hoy con los antecedentes penales a la vista supimos de delitos y condenas previas, de esos que la sociedad en su conjunto condena y no tolera ante víctimas indefensas: los niños y su espacio privado.  Vaya paradoja, el actual Presidente puso su firma en mejoras en relación a la Protección de la Infancia. De seguro es un error no forzado o al menos eso quiero creer ingenuamente, un error desgraciado.
  • Los niños hoy más que nunca están expuestos mediante el uso indiscriminado de pantallas y de redes sociales ante las cuales los filtros necesarios también están fallando, no es una exageración el temor frente a la pornografía infantil, las redes de pedofilia que operan en la web y los siempre silenciados abusos infantiles.
  • Todo lo anterior es una desgracia, un suceso doloroso, no es una desgracia asociada a la mala suerte. Es inaceptable que la autoridad, rodeada de asesores y de filtros previos, entregue respuestas administrativas e indolentes, tras un error de la autoridad hay personas, incluso revictimizaciones de grupos vulnerables.

Mantengo un pesimismo evidente sobre esta administración y generación gobernante, nos están arrastrando a su propio laberinto sin un sendero claro, sigo creyendo que nos gobiernan desde un juego verdadero: La Gran Capital, temo que ese juego siga complicando indicadores cualitativos. Poco importa si se revierte o no la pensión entregada y si revisan o no el protocolo y la facultad presidencial (estamos llenos y saturados de protocolos, y de explicaciones administrativas).

Es de esperar que el gobierno subsane y reoriente su mirada en protección y seguridad o en las mal llamadas “sensaciones de inseguridad”, quizás no logran ver ni entender que hay una saturación y una agonía que sufren los de siempre, los de a pie, los que entienden en la realidad lo que significa un tiro de gracia en las poblaciones.

De esos tiros y balas que hoy están matando a niños y se están convirtiendo peligrosamente en grandes alocuciones y cifras (a ratos indolentes e inconexas). Hoy nadie proyecta en la torre de turno haciendo alusión a “dignidad”, “hambre” o la palabra clave del momento, tampoco aparece un: “nos están matando” o “con los niños no”, ni siquiera un hashtag (#). Mientras tanto seguiré de vacaciones al igual que “el compa que habita el cargo”.

“Caras vemos, corazones no sabemos”.

“Cuando el juego se hace verdadero”.

“Te quemas con un fuego”.

Tiro de Gracia, El Juego Verdadero, 1999.

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