El nombre de esta columna fue inspirado en un tweet de Cristóbal Bellolio:
Puedo especular que se inspiró en la discusión en torno a la candidatura a la Presidencia de la Convención por parte de Patricio Fernández, y muy especialmente, en los métodos usados para desacreditarlo (pues se ha visto que uno de los problemas de encontrar y entronizar al mesías, es que las maneras utilizadas por mucho “litre militante” no han ni puras, ni bellas, ni libres de pecado), es más, fueron un festín odioso. De nuevo especulando, si estos fanáticos se encuentran con tal ser de luz, muy probablemente sienta vergüenza ajena.
Para ser honesta, conozco a Pato Fernández, he tenido la fortuna de entrevistarlo varias veces (videos a continuación), y a riesgo que me acusen de ser parte del fanclub, le tengo harto respeto, pues lo conocí como candidato y me impresiono su tremendo profesionalismo.
Además, le tengo una envidia desatada por que es un gran conversacionalista, con un bagaje de experiencias, conocimientos e historias increíble (que no cualquiera lo tiene, y que no es atribuible a una posible “cuna de oro”, porque son características especiales). Sin duda por este capital cultural la derecha votó por él, porque es fácil olvidarse de las diferencias ideológicas, ante el encanto y el carisma.
Sin embargo, lo que me sorprendió al abrir twitter ayer por la tarde, fue leer esto:
Y me enfurecí, me sacaron los choros del canasto, porque encontré tan injusto el trato y tan gratuita la mentira, qué procedí, con la mirada firme, el talante altivo y un nudo en la garganta, a teclear mi grito de batalla en Twitter e invite a la huestes a quemarme en la hoguera (virtual).
Ahora Pato Fernández creador de The Clinic y activista contra Pinochet, es acusado ser de “Derecha” y financiado por Trump, veo que mentir de manera absolutamente descarada y vergonzosa, solo para perjudicar el carácter de un personaje que no es lo suficientemente jacobino para sus gustos ultrones, se justifica, puro “el fin justifica los medios”, vergüenza debería darles mirarse al espejo.
Porque está bien que no les guste Pato Fernández, y que no sea el candidato que soñaron, pero ponerse a mentir así, de manera tan transparente, como si fuéramos absolutos imbéciles quienes vivimos en Chile, y como si la verdad, no tuviera ningún peso, ni importancia, me hizo sentir asco.
Probablemente se guiaron por está máxima atribuida a Goebbels.
Quizás, por la ridiculez de la mentira, empezaron a decir verdades, como que Pato es pariente del presidente en ejercicio Sebastián Piñera, y por supuesto, acá caemos en un mito de “mala sangre” en el cual, porque alguien de la familia del personaje es impopular, este debe ser rechazado. Es tan ridículo, como sería poner de ministro a un primo del “pelao Vade” por ser su pariente, esto cuando el personaje todavía era una suerte de anímita revolucionaria ambulante con catéteres al viento (solo le faltaban las flores de plástico sujetas con cinta adhesiva a su torso), y no se revelaba aún como un estafador.
Y por supuesto, también sacaron paños sucios de Pato Fernández, de los cuales no me puedo pronunciar por absoluto desconocimiento.
Lo que se les pasó fue decir que es un agente de la CIA, lamentable, porque estoy segura que a Pato le habría encantado que lo acusaran de ser un James Bond criollo.
En fin la pelea fue vitriólica y ridícula en twitter, aunque tuvo sus momentos interesantes, durante los cuales se me acusó de ser una conservadora prestándole ropa a otro conservador, ¿Pato Fernández conservador? discúlpenme ¡conservador!, ¿es que nunca han leído The Clinic? ¿nunca han visto a José Antonio Kast (que si es un conservador absoluto) como para comparar?.
No esto sola en mi experiencia:
En fin, los carnets de fascismo y conservadurismo se están imprimiendo y entregando masivamente en twitter, vaya por el suyo.
Beatriz Sotomayor
No-Conservadora
Secretaria General
Libres