Pablo Guzmán Valenzuela. Militante de Libres Chile
El voto ahora es obligatorio
El pasado diciembre, y con una aplastante mayoría en la Sala del Senado, sumando votos de parlamentarios de izquierda, centro y derecha, se aprobó reestablecer la obligatoriedad del voto en elecciones populares. La obligatoriedad aplicará para todas las elecciones y plebiscitos, salvo elecciones primarias, y establece sanciones y multas frente a su incumplimiento.
Esta figura es inédita en nuestro país desde el regreso a la democracia
Previamente, Chile había establecido 2 mecanismos electorales: inscripción voluntaria con voto obligatorio y la inscripción automática con voto voluntario. La primera modalidad se tradujo en una masiva inscripción de personas en registros electorales para las primeras votaciones después de la dictadura. Esta figura establecía una multa para los ya inscritos en caso de no asistir a elecciones municipales, parlamentarias o presidenciales. La segunda modalidad fue el resultado de una reforma establecida en 2012, en la cual, al cumplir los 18 años, los ciudadanos son incorporados automáticamente al registro electoral, pero, al no existir obligatoriedad, la multa por absentismo no existía.
En ambos casos, bajo figuras diferentes, una más punitiva que la otra, se aseguraba la libertad de elección respecto a la participación electoral. En el primer caso, se decide si formar parte del padrón o no, y en la segunda se decide si participar en una elección particular o no. La propuesta que ha sido publicada en diario oficial el pasado 4 de Enero no permite la libertad de decisión, la cual se corresponde con la libertad de conciencia, un derecho natural.
Crisis de la representatividad v/s Libertad de conciencia
Se argumenta que esta decisión responde al contexto de la crisis de representatividad de los partidos políticos y el congreso, a la baja participación electoral desde la instauración del voto voluntario y al drástico cambio en el eje político que trajo el último plebiscito constitucional que se llevó a cabo con voto obligatorio. Si bien estos antecedentes son ciertos, no necesariamente justifican la decisión tomada.
El voto es un derecho y un mecanismo de resguardo frente al poder político y se ejerce para legitimar o deslegitimar dicho poder. Es en buena medida, un dispositivo de contrapoder.
Por otro lado, para impulsar la participación electoral hay dos caminos: el de la promoción del voto mediante acciones concretas, como la educación cívica o los instrumentos de facilitación como el voto anticipado, y el de la coacción, que impone una multa o sanción a aquellos que no deseen votar.
La perspectiva liberal
Los liberales tendemos a consensuar que el primer camino es el ideal para validar el voto como un derecho y, a la vez, respetar la libertad del individuo y su valor superior al de la constitución del estado y del sistema político.
La propuesta
Es por ello que una propuesta razonable que se podría discutir, es la creación de un mecanismo para enfrentar este desafío dentro de la institucionalidad vigente y en el marco de una reforma a la ley recientemente publicada:
Esta propuesta consiste en habilitar un sistema de check out voluntario del sistema electoral que permita a los ciudadanos desinscribirse parcial o permanentemente del padrón electoral bajo las siguientes condiciones:
Mantener que un ciudadano con 18 años cumplidos ingrese automáticamente a los registros electorales y la existencia de un padrón general en el cual se encuentren todos los ciudadanos mayores de edad. No obstante, se podría permitir la creación de un “sub padrón” específico en el cual puedan consignarse a los ciudadanos que hayan decidido realizar el check out.
Permitir, previo a una elección específica, realizar un trámite, preferentemente online, a través del cual el ciudadano pueda desinscribirse del registro electoral para efectos de esa votación particular. Esto, en consecuencia, eximirá a la persona de cualquier multa por ausentarse del proceso eleccionario.
Este trámite deberá realizarse con suficiente anticipación como para permitir que el servicio electoral desarrolle los preparativos para el “sub padrón” actualizado, evitando problemas administrativos.
Entendemos que una propuesta de esta índole requerirá un esfuerzo en el manejo masivo de información en términos administrativos y tecnológicos. No obstante, existen actualmente las herramientas para facilitar este proceso y no podemos olvidar que los grandes desafíos de la democracia, requieren de grandes soluciones.