Viña del Mar tiene festival: de escombros, cenizas y negligencias.
Después de los días de alarma y fuego del 2 y 3 de febrero, surge el temor de que los sobrevivientes caigan en el olvido. A pesar de las tragedias, la ciudad se prepara para el festival de Viña del Mar, mientras los cerros sufren nuevas desgracias. La falta de planificación ante emergencias forestales muestra la negligencia de las autoridades. Los residentes necesitan apoyo real, más allá de las acciones superficiales de las autoridades. Los incendios recurrentes revelan la falta de prevención y responsabilidad. El festival de Viña intenta brindar distracción, pero algunos cuestionan su relevancia en medio del sufrimiento. La música puede ofrecer consuelo, pero muchos sienten que el festival está desconectado de la realidad.